Dependiendo de las características concretas de cada vino, la duración de las botellas de vino será diferente, pero podemos guiarnos siguiendo las más básicas. Los ordenamos de menor a mayor duración:
- Vinos rosados. Aunque algunas tipologías pueden aguantar hasta dos años embotellados, su consumo se recomienda durante el año siguiente de estar en botella.
- Vinos espumosos. Con el paso del tiempo van perdiendo gas carbónico. Por ello, se recomienda consumirlos en el año, con un periodo máximo de dos años en buenas condiciones.
- Vinos blancos. Tienen algo más de duración que los rosados. En estos debemos hacer dos variaciones.
- Blancos jóvenes. Deben ser bebidos entre un año y dos después de su embotellado.
- Blancos crianza en barrica. Su momento de consumo óptimo está entre los tres y los cinco años.
- Vinos tintos. De la misma forma que ocurre con los blancos, paso con estos. Hay variaciones dependiendo de si es:
- Tinto joven. Se recomienda el consumo antes de dos años
- Tinto crianza. El consumo óptimo se puede extender entre los dos y los cinco años.
- Tinto reserva. Se podrán disfrutar incluso pasados seis años. En principio, dependiendo del tipo de vino, puede llegar hasta los 10 años.
- Tinto gran reserva. Dentro de los tintos es el que más tiempo puede aguantar embotellado. Se podrán consumir incluso hasta los 15 años.
- Vinos generosos. En este tipo de vino varían mucho según el tipo. Por ejemplo, vino como Jerez y amontillado se recomienda su consumo en un año. En cambio, para los olorosos puede ser su consumo entre los 5 y 10 años. Para los cream pueden llegar hasta los 15 años.
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