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El vino no debe tomarse ni muy frío, ya que apenas se perciben los aromas y se acentúan los sabores ácidos, ni muy caliente para que no se noten mucho los alcoholes. Es por eso que debemos guardarlo en un lugar adecuado, un espacio oscuro que no sufra cambios de temperatura bruscos y en donde podamos colocar las botellas en horizontal.

No obstante, si por alguna razón tenemos que enfriar la botella de vino de forma rápida podemos hacer uso de alguno de estos métodos.

1. Agua helada y sal

Uno de los métodos más efectivos y habituales es sumergir la botella de vino en un recipiente lleno de agua helada y sal. Nos puede servir perfectamente una cubitera llena con hielo y agua fría. La sal es un elemento capaz de reducir la temperatura de congelación del agua, por lo que podrá enfriar el vino de forma mucho más rápida.

A la cubitera o al recipiente con el hielo y el agua helada hay que añadirle una cucharada sopera de sal y mezclarlo todo bien. Tras esto, metemos la botella de vino que queremos enfriar y en solo cinco minutos la tendremos lista. La mezcla de sal y agua absorbe el calor de la botella para que el frío del hielo se transmita más rápido al vino.

2. Las uvas congeladas

Las uvas congeladas son una excelente opción para poder enfriar rápidamente el vino tinto o cualquier otro tipo de caldo. Solo hay que incluir unas uvas congeladas en el vaso para que hagan el mismo papel que unos cubitos de hielo. Pero a diferencia del hielo, las uvas no aguarán el vino.

3. Envolver la botella de vino en una toalla húmeda

Un método que se suele emplear con frecuencia es envolver la botella de vino con una toalla húmeda o con papel de cocina y dejar enfriar en el congelador. La toalla o el paño húmedo se congelará rápidamente y, gracias a esta, el vino se enfriará de forma mucho más rápida de lo normal.