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1. ¿Qué es un vino ecológico?

Un vino ecológico es aquel que se elabora siguiendo métodos sostenibles, tanto en el viñedo como en la bodega. Esto implica no utilizar pesticidas, herbicidas, fertilizantes químicos ni productos de síntesis. En su lugar, se emplean técnicas naturales que respetan la biodiversidad, el suelo y el equilibrio del ecosistema.

2. Cultivo sin químicos: el alma del proceso

En los viñedos ecológicos, como los de Navarrsotillo, la salud de la vid se mantiene con compost orgánico, cubiertas vegetales, control biológico de plagas y podas respetuosas. La uva crece sin agresiones químicas, lo que se traduce en una fruta más pura, con mayor expresión del terruño y menos residuos.

3. Elaboración respetuosa en bodega

El compromiso ecológico no acaba en la viña. Durante la vinificación se limita el uso de aditivos y se evita la manipulación excesiva. Se fermenta con levaduras naturales o seleccionadas ecológicamente, se controla el uso de sulfitos, y no se clarifica con productos animales (lo que hace que muchos vinos ecológicos sean también aptos para veganos).

4. Certificaciones y confianza

Los vinos ecológicos deben estar certificados por organismos oficiales. En Europa, el sello verde con la hoja de estrellas indica que cumple con el Reglamento (UE) sobre producción ecológica. Bodegas como Navarrsotillo lo ostentan con orgullo y lo renuevan cada año, garantizando transparencia y trazabilidad.

5. ¿A qué sabe un vino ecológico?

No hay un “sabor ecológico” único, pero sí hay una tendencia: vinos más honestos, con mayor expresión frutal, sin aromas artificiales ni maquillajes enológicos. Se sienten más vivos en boca y conectan mejor con el entorno del que nacen.

6. Una elección con impacto

Consumir vino ecológico es apoyar un modelo agrícola sostenible, que cuida el suelo, reduce emisiones y protege la salud de los viticultores y del planeta. Cada copa es también una declaración: disfrutar sin dañar, brindar con conciencia.