1. Vinoteca o enfriador eléctrico de vinos:
Este método es el más recomendable porque garantiza una temperatura óptima del vino de forma exacta. Una vez el vino es servido, la botella deberá volver a ser almacenada en la vinoteca a fin de preservar su temperatura y evitar que se caliente el vino.
2. Cubitera con hielo:
Es un método barato y eficiente para aquellos vinos que se degustan más fríos como los espumosos y los vinos blancos o rosados. En la cubitera se pone la botella de vino, se añade mucho hielo y un poco de agua fría. Dependiendo de la temperatura ambiente el vino estará más o menos frío al menos durante un par de horas o tres.
3. Enfriador con hielos:
Se trata de una cubitera de hielo o de agua fría que envuelve la botella de vino para su enfriamiento. Este método también es más recomendable para los vinos espumosos, blancos y rosados, ya que los tintos requieren de una temperatura algo mayor para ser degustados correctamente.
Un error muy común es tener el vino almacenado en algún tipo de despensa y justo antes de su degustación meterlo en el congelador. Esto es una práctica poco recomendable, ya que el vino puede perder cualidades debido a una bajada brusca de la temperatura, especialmente en los vinos tintos. Por lo que es recomendable planificar qué vino se va a degustar y organizar de qué manera se servirá a su temperatura más adecuada. De esta forma, todas las personas que degusten el vino podrán apreciar de manera óptima las cualidades de este vino.