• Tipos de vinos blancos

    Ligeros y secos. Vinos jóvenes y ácidos, sin cuerpo, raramente añejados en barricas de roble, no suelen ser aptos para envejecer.

    Secos y amplios. Tienen más cuerpo y pueden envejecer en bastantes casos en barrica o botella. Aunque técnicamente son secos pueden tener cierta dulzura.

    Secos y concentrados. Más complejos y con más cuerpo, mejoran si son añejados en barrica y botella, este grupo incluye los mejores vinos blancos no especiales.

    Aromáticos. Son los procedentes de determinadas variedades que destacan por sus aromas, siendo secos o semisecos.

    Semisecos. Sin ser dulces, son los embotellados antes de que la totalidad del azúcar se haya transformado en alcohol.

    Dulces y licorosos. Intensamente concentrados, con cuerpo y complejos.

  • La importancia del tapón en el vino

    Los tapones de corcho cumplen tradicionalmente una función fundamental en la calidad de los caldos. Influyen en gran medida en su evolución y en sus características organolépticas, ya que, como explicamos a continuación, este material aporta importantes beneficios en el proceso de elaboración de los vinos. El tapón no debe aportar ningún matiz de aroma ni sabor, lo que deber permitir es que el vino evolucione correctamente, que permita una microoxigenación gradual del vino.

    Los tapones de corcho tienen características únicas que, sin aportar ningún matiz de aroma ni sabor, facilitan que el vino evolucione correctamente, permitiendo una microoxigenación gradual del vino. De esta manera, contribuye a formar su carácter, le da autenticidad y le aporta valor.

    Otras de sus propiedades son: evitar la entrada, bacterias y moho, y gracias a esto se pueden mantener los vinos embotellados durante décadas.