Aunque se ha estandarizado en nuestro día a día, lo cierto es que no está muy claro de dónde viene la “estandarización” de la capacidad de las botellas. Lo que sí sabemos es que existe desde 1970, cuando se implementó un acuerdo europeo y luego se sumaron otros países para estandarizar medidas utilizando cantidades de 75 cl. La capacidad de cada botella de vino. Antes las medidas eran muy diferentes: 70 cl., 80 cl., 73 cl…. Sin más dilación, ahondemos en el origen de esta medida, aunque no hay consenso sobre cuál es la correcta.
Uno de los orígenes de las botellas de vino se remonta a la época romana. Si bien no usaron vidrio como recipiente, usaron lo que llamaron acetábalo, un recipiente pequeño de unos 270 ml. Solía ser el consumo diario de un soldado romano en ese momento. Otra teoría, quizás la más aceptada, proviene de la Europa medieval. En ese momento, la unidad de medida más aceptada en el comercio internacional era el galón británico. Una botella de 750 ml es una quinta parte de un galón y es perfecta para el envío porque se alinean perfectamente.
Fuente: https://www.beronia.com/es-es/blog/el-origen-de-la-botella-de-vino-de-750-ml#:~:text=Origen%20romano,un%20soldado%20romano%20de%20entonces.