• Formas de enfriar vino en verano…

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    1. Vinoteca o enfriador eléctrico de vinos:

    Este método es el más recomendable porque garantiza una temperatura óptima del vino de forma exacta. Una vez el vino es servido, la botella deberá volver a ser almacenada en la vinoteca a fin de preservar su temperatura y evitar que se caliente el vino.

    2. Cubitera con hielo:

    Es un método barato y eficiente para aquellos vinos que se degustan más fríos como los espumosos y los vinos blancos o rosados. En la cubitera se pone la botella de vino, se añade mucho hielo y un poco de agua fría. Dependiendo de la temperatura ambiente el vino estará más o menos frío al menos durante un par de horas o tres.

    3. Enfriador con hielos:

    Se trata de una cubitera de hielo o de agua fría que envuelve la botella de vino para su enfriamiento. Este método también es más recomendable para los vinos espumosos, blancos y rosados, ya que los tintos requieren de una temperatura algo mayor para ser degustados correctamente.

    Un error muy común es tener el vino almacenado en algún tipo de despensa y justo antes de su degustación meterlo en el congelador. Esto es una práctica poco recomendable, ya que el vino puede perder cualidades debido a una bajada brusca de la temperatura, especialmente en los vinos tintos. Por lo que es recomendable planificar qué vino se va a degustar y organizar de qué manera se servirá a su temperatura más adecuada. De esta forma, todas las personas que degusten el vino podrán apreciar de manera óptima las cualidades de este vino.

  • ¿Qué es un vino…?

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    El vocabulario de cata de vinos está en plena formación, evoluciona, cambia y es influenciado además por los diferentes idiomas que se hablan en los países consumidores. Repasemos de qué hablamos cuando hablamos de vinos…

    Filosos

    Los vinos filosos se caracterizan por tener una elevada acidez pero que es agradable al paladar. Es común encontrar esta característica en vinos, tanto blancos cómo tintos, que provengan de zonas frías. También podemos decir que el vino tiene una acidez Mordiente.

    Golosos

    Este adjetivo hace referencia al dulzor que pueden presentar los vinos con elevado azúcar residual. Ahora bien, esta característica no sólo estará presente en vinos de cosecha tardía, por ejemplo, sino que también puede encontrarse en mucha menor medida en vinos tintos, digamos que “convencionales”. Finalmente se tratará de vinos con cierto dulzor.

    Fáciles

    Cuando un vino es suave en boca, con acidez y taninos delicados, generalmente con aromas simples afrutados, sin gran complejidad, se dice de él que es un vino “fácil de beber”. Hay quienes van más allá y los califican cómo “Vinos alegres”.

    Cabezones

    Son vinos excesivamente alcohólicos.

    Verdes

    Cuando decimos que un vino es o está verde podemos referirnos a un vino que no está hecho, que no ha envejecido bien o que aún es muy joven. Y cuando la referencia es en particular hacia sus aromas o sabor generalmente se refiere a vinos con notas muy marcadas que recuerdan a vegetales frescos. Ahora bien, también podríamos utilizar el término Acerbo, que es el adjetivo que se le da a los vinos inmaduros, acídulos y ásperos, por lo general resultado de elaboraciones con uvas inmaduras. En ningún caso debemos confundirlos con los Vinhos Verdes, especialidad portuguesa.

    Bastos

    Vinos fuertes, duros al paladar, faltos de elegancia. Masticables Un vino masticable, es uno que tendrá mucho cuerpo, que será denso. Vale utilizar los sinónimos Sabroso o Carnoso.

  • Cosas que debes evitar al descorchar un vino espumoso

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    No agites la botella

    Cuanto más agitas una botella de espumoso más presión creas dentro del recipiente, si además quitaste la estructura de metal que sujeta el corcho es bastante lógico que este salga disparado sin control.

    Asegurate que esté a una baja temperatura

    Los vinos espumosos deben servirse a una temperatura baja que oscile entre los 7 y 11˚C de esta manera, además de favorecer la percepción de sus aromas y sabores, se modera el desprendimiento del gas carbónico. Podemos ver este fenómeno también en las gaseosas, cuando abrimos una a temperatura ambiente debes hacerlo con más cuidado ya que el riesgo de que el líquido salga descontroladamente, incluso antes de terminar de quitar la tapa, es mayor.

    No pierdas la paciencia

    Al principio descorchar un espumoso puede ser estresante y dificultoso, pero por favor sigue insistiendo y no pierdas la paciencia, que no hay nada más triste que se derrame el vino! Y ni hablar de esos trozos de vidrio tan peligrosos, claro.

  • ¿Sirve de algo girar la copa cuando bebemos vino?

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    Cuando descorchamos una botella, especialmente si es un vino que hemos guardado un tiempo porque lo merecía, debemos tener en cuenta tres cosas antes de llenar la copa: qué tipo de copa usaremos, cuánto la vamos a llenar y por qué vamos a girarla cuando la sujetemos por la base o el tallo.

    Girar la copa es lo que permite desvelar más aromas que el vino lleva en su interior. El vino tiene tres tipos de aroma: primarios, secundarios y terciarios. Si una vez llenada la copa olemos el vino con la copa parada, percibiremos los aromas primarios. Estos provienen de la variedad de la uva y recuerdan a flores y frutas.

    Para notar los aromas secundarios y terciarios hará falta que giremos el vino en la copa. Es entonces cuando afloran olores más sútiles. Son los que expresan la singularidad de cada vino.

    Los aromas secundarios provienen de la fermentación. Son aquellos de bosque, madera o levaduras. Los terciarios nacen en la etapa de envejecimiento del vino. Son, por ejemplo, los aromas a tostados, tabaco, café o vainilla.

  • Los aromas de las variedades de uva

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    Variedades tintas

    Tempranillo: Frutos rojos como fresas, frambuesa, grosellas, violetas, picotas o regaliz.

    Syrah: Aromas muy florales, como los claveles o las violetas. Toques herbáceos, laurel o aceituna verde.

    Cabernet Sauvingnon: Encontramos aromas a cerezas negras, ciruela y toques de cedro y tabaco en vinos maduros. También son características ciertas notas de menta y eucalipto.

    Garnacha tinta: Se diferencia por los aromas a fresa, frutos silvestres, cerezas negras, nueces tostadas, cuero, casís o pimienta.

    Merlot: Tiene una paleta aromática bastante amplia, en la que se encuentran aromas a fresa y frambuesa, ciruela negra, higos, peras…

    Variedades blancas

    Verdejo: Aromas herbáceos como el hinojo, hierba recién cortada; flores blancas y frutas de hueso como la manzana y la pera.

    Albariño: Albaricoque y melocotón, algunas notas florales.

    Chardonnay: Manzana, pera (menos intensos que en el albariño), acacia y limón. Aromas como los frutos secos, mantequilla o minerales también son típicos de esta variedad.

    Moscatel: Fácilmente identificable por su dulzor, que ya se aprecia en la nariz. Aromas a azahar, miel, cáscara de naranja seca y notas de higos o pasas cuando el vino es maduro.

    Sauvignon Blanc: Conocida por aromas a melocotón, nectarina, melón, plátano… En España es común encontrarse con aromas de frutas exóticas.

  • Aprender a catar vino desde casa

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    A ciegas: Intenta catar a ciegas. Que no te influyan las etiquetas y precios, te ayudará a estar más abierto de mente y te permitirá dejarte llevar por las sensaciones. Cierra los ojos, huele, saborea y disfruta.

    Varias copas: Prepara una copa diferente para cada vino, de esta forma no mezclamos sabores y no permanece «el recuerdo» del vino anterior.

    Fase visual: Antes de probarlo, observar los colores nos hablará mucho de la uva: pálidos, amarillo pajizo, dorados…

    Sostener la copa: Sujetar la copa por la zona del tallo o la base para evitar calentar el vino con nuestras manos. Haz girar la copa suavemente, con este ligero movimiento observaremos por un lado cómo caen las «lágrimas» de vino, a menor velocidad de caída, mayor densidad, por lo tanto, más graduación alcohólica. Y por otro, cómo salen los aromas al oxigenar el vino.

    Fase olfativa. El olfato tiene una capacidad sensorial superior a cualquier otro sentido, incluido el gusto. El vino se huele tanto a copa parada como a copa agitada, ya que en ambos casos afloran olores y sensaciones diferentes: florales, espaciados, frutales, vegetales, balsámicos, químicos…

    Fase gustativa: En esta fase encontramos muchas características que harán de nuestro vino, un vino único: la temperatura, la textura, la persistencia en boca una vez lo hemos ingerido, el equilibrio entre dulzura y acidez…

  • Cómo guardar el vino en casa

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    El vino es un producto extremadamente sensible a cambios de temperatura, a ruidos, a vibraciones, a olores e incluso al tipo de posición.

    Las condiciones ideales

    Como norma general debemos de colocar la botella en horizontal, para que el vino esté en contacto con el corcho y este permanezca siempre elástico y no se seque, que tenga una perfecta estanqueidad.

    Tenemos que buscar las condiciones ideales de mantenimiento: temperatura ideal constante de 14º-15ºC, oscuridad, humedad del 75-80% y ausencia de olores y vibraciones.

    Si dispones de un poco de espacio, recurrir a una nevera para vinos o vinoteca es una buena forma de asegurar la longevidad del vino.

    Hay que evitar las zonas de calor, como cocinas o espacios junto a radiadores, porque el calor no estropea el vino, pero acorta su vida útil y el mismo vino nos va a durar menos.

  • Cómo guardar el vino una vez abierto

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    El oxígeno es el enemigo número uno a hora de almacenar vino. Al abrir una botella, el oxígeno permite desplegar las cualidades sensoriales de un vino por completo, lo que en un principio es bueno, porque este se “abre” y libera aromas, pero con el tiempo comenzará a deteriorarlo.

    Para evitar esto se recomienda extraer el aire de una botella abierta y cerrarla con un tapón de goma. Con estas, se ralentiza el proceso de oxidación y mantiene el vino fresco hasta por 7 días, dependiendo del vino.

    Si no se tiene la posibilidad de cerrar al vacío la botella, se puede optar por recorchar el vino. Es mejor taparlo con el lado que ya estuvo en contacto con el vino. El lado “limpio” puede no estar tan limpio como creemos.

    El vino debe permanecer a baja temperatura una vez abierto para conservar sus propiedades y evitar que este se descomponga.

  • ¿Qué es el “polvo blanco” de las uvas?

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    ¿Qué es esto?

    Esta capa blanca que encontramos sobre los frutos se llama pruina. Se trata de ese polvito que observamos cuando tocamos el racimo y queda reflejada nuestra huella. Son microcristales que se forman en la cutícula de la superficie de la uva y que les sirve de protección.

    ¿Qué beneficios tiene?

    • Actúa de capa impermeable: la cera hace que se formen gotas de agua en lugar de humedecer el fruto. De esta forma las gotas ruedan por las uvas y ayudan a limpiarlas.
    • Evita que se pierda la humedad de las uvas.
    • Evita las quemaduras solares: la pruina refleja la luz UV.
    • La pruina dificulta el movimiento de insectos y la puesta de huevos.
    • Se encuentran levaduras endémicas, que residen en la pruina de las uvas. 
  • Verdades y mitos sobre el vino tinto

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    El vino tinto es un antioxidante

    El vino contiene antioxidantes que pueden mejorar el colesterol y ayudar a mantener una presión arterial saludable. Sin embargo, no se debe de beber en exceso para que el alcohol no acabe por contrarrestar los beneficios protectores con los que cuenta.

    Mejora el colesterol

    Mantener el colesterol en un rango saludable es importante si se desea reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y según un estudio publicado el vino tinto aumenta el colesterol bueno (HDL).

    Disminuye la presión arterial

    No hay evidencia definitiva de que el vino tinto reduzca la presión arterial. Pero dado que el alcohol tiende a relajar a las personas, puede disminuir ligeramente la presión arterial, aunque solo por un corto período de tiempo.

    Reduce el riesgo de ataque cardíaco

    El vino tinto y otros tipos de alcohol pueden aumentar de inmediato el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascula mientras se consuma una cantidad moderada, el vino tinto no daña el corazón a largo plazo.